Como profesoras de español, a menudo sentimos la presión de ser perfectas: dominar la gramática, conocer todo el vocabulario, pronunciar correctamente y tener siempre una respuesta lista. Sin embargo, nos olvidamos de que los errores, tanto los nuestros como los de nuestros estudiantes, son una de las mejores herramientas para crecer y mejorar como docentes y como seres humanos.
La imperfección nos humaniza y nos enseña.
Como profesora nativa, yo también tengo mis dudas. Recuerdo una vez en que un estudiante me hizo una pregunta que no supe responder. En lugar de dar una respuesta apresurada, le dije: “No sé, vamos a buscarlo”. Aproveché el momento para mostrar a los alumnos cómo buscar la información en internet. Si no puedes hacerlo en ese instante, puedes comprometerte a buscarlo y responder en la próxima clase.
Este tipo de momentos no te hacen menos competente. Al contrario, muestra a los estudiantes que cometer errores es parte del aprendizaje, y lo que aprenden de nosotras no es solo el idioma, sino la actitud hacia el proceso.
Cuando nos mostramos vulnerables, aceptamos que no tenemos todas las respuestas, y reconocemos que los errores son parte del proceso, creamos un ambiente más cercano y auténtico en el aula. Los estudiantes se sienten más cómodos, ya que entienden que el aprendizaje no es algo que se logra de inmediato, sino un proceso continuo en el que equivocarse es una parte fundamental.
Los errores como oportunidades de crecimiento.
Los errores no son fracasos, sino oportunidades de aprender y mejorar. Sin embargo, aceptar los errores no siempre es fácil. Es común tener miedo al juicio, al qué dirán los estudiantes o incluso los compañeros de trabajo si cometemos un error. De hecho, las profesoras no nativas a las que acompaño en mis programas suelen expresar su preocupación hacia los errores y creen que esa falta de “perfección” puede restarles autoridad o credibilidad. Pero aquí hay algo que quiero que tengas claro: todos cometemos errores. Y lo más importante no es evitarlos, sino cómo los afrontamos.
No te compares, celebra tu autenticidad.
Es fácil compararse con otras profesoras, especialmente cuando creemos que otras hablan mejor o tienen más vocabulario. Pero quiero que sepas que esas personas también tienen dudas y cometen fallos.
No hay perfección en la enseñanza, y lo que realmente importa es tu autenticidad. Si dejas de compararte y abrazas tu propio estilo, te darás cuenta de que tienes mucho que ofrecer.
Cómo los errores te ayudan a ser una mejor profesora.
Los errores son parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, tanto para ti como para tus estudiantes. Si los aceptas como algo natural, no solo ganarás seguridad como docente, sino que también crearás un ambiente en el que tus estudiantes se sientan libres de cometer errores sin temor al juicio. Esto es lo que verdaderamente fomenta un aprendizaje profundo y significativo.
Atrévete a ser tú misma, a mostrarte auténtica y vulnerable. No necesitas ser perfecta para ser una excelente profesora de español. Si logras aceptar que los errores son una parte fundamental del aprendizaje, podrás generar un aula más abierta, inclusiva y enriquecedora.
¿Te gustaría aprender a gestionar tus errores y los de tus estudiantes?
Si sientes que el miedo a equivocarte te frena, te ayudo a superar esta barrera.
Descubre cómo puedo acompañarte en tu camino hacia una enseñanza más auténtica y cercana.
Juntas, podemos construir un aula en la que los errores se vean como oportunidades y en la que tú, como profesora, te sientas más segura y empoderada.
Rocío Cuevas Sánchez
Profesora de español y Coach de profes de ELE no nativas.